Ingredientes:
- 1 Calabaza
- 1 Cebolla
- Aceite de oliva virgen extra
- 3 rodajas de jengibre fresco y pelado
- Huevas de salmón
- Brotes de rucula o lechugas frescas
- 4 espárragos blancos y frescos
- Sal
- Azúcar
- 50 gr mantequilla
Elaboración:
- Pelamos la cebolla, la troceamos y la salteamos con un poco de aceite caliente en una cazuela.
- Limpiamos la calabaza de piel y de pepitas. La troceamos y la salteamos junto con la cebolla, sin que cojan color. Las cubrimos de agua, lo justo y añadimos una pizca de sal y dejamos cocer hasta que este blanda. Unos 10 minutos. La trituramos bien con la batidora, hasta que quede una crema ligera y sin grumos.
- Por otro lado, laminamos los espárragos limpios y pelados. Deben estar finamente laminados. Derretimos en una sartén la mantequilla y añadimos los espárragos. Añadimos una pizca de sal y otra de azúcar. Dejamos que se hagan a fuego lento, sin que cojan color. Deben quedar al dientes, no muy blandos.
- Por otro lado, en una sartén pequeña, añadiremos un chorro de aceite y cuando esté caliente, añadiremos el jengibre laminado.
Montaje del plato:
- En un plato hondo, añadimos la crema de calabaza. En el centro de esta, colocamos las tiras de espárragos recogidas, sobre ellas un poco de huevas de salmón y unos brotes de rucula o de lechugas, ligeramente aliñados. Alrededor de todo ello, echamos un poco de aceite de jengibre.
Sugerencias:
- A la crema de calabaza, le podemos añadir alguna especie como el cardamomo. Muy poquito, lo justo para darle un ligero sabor a cardamomo.
- Podemos sustituir el aceite de jengibre, por aceite de azafrán.
- La idea de este plato, es comer distintos sabores y texturas dentro de una crema.